*Además, respaldó la propuesta de que el Ejecutivo Federal otorgue recursos extraordinarios a los estados para enfrentar la crisis sanitaria y económica.
Apatzingán, Mich, 26 de agosto de 2020.- El Covid-19 ha causado grandes estragos en nuestro país con hechos concretos que demuestran la dura realidad que vivimos. Por ejemplo se han perdido millones de fuentes de ingresos, por lo que se prevé una caída del PIB en más del diez por ciento y cerca de diez millones de nuevos pobres, por lo que como país y gobierno estamos obligados a tomar decisiones oportunas para atender los retos que se nos presentan.
No podemos dejar pasar el momento y negar la posibilidad de intervenir por el destino económico del país, dijo el Gobernador del Estado, Silvano Aureoles Conejo, al establecer que es urgente el establecimiento de puntos que ayuden a sobresalir a la nación en estos momentos de crisis.
José Manuel Zárate González, Presidente del Comité Directivo Municipal del Partido de la Revolución Democrática, al ser entrevistado sobre el particular, agregó que los puntos son otorgar recursos extraordinarios a los gobiernos locales para hacerle frente a la crisis y así cubrir las necesidades más elementales de la población, así como flexibilizar las reglas de operación de los recursos que llegan a los estados; aplicar un plan integral de inversiones en obras de infraestructura prioritaria por entidad aportando la mayor participación posible de empresas locales para reactivar las economías locales.
Como militante del PRD desde 1989, una de las propuestas de la lucha del partido en las calles, en las plazas y en los congresos ha sido y seguirá siendo una reforma hacendaria, es decir modificar la Ley de Coordinación Fiscal que tiene 42 años, de ahí que es importante que se reforme porque no es posible que el ahora Presidente de la República, quien conoció la propuesta cuando fungió como Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRD y en su campaña como candidato a la Presidencia de la República, hoy se le olvide y no asuma esta decisión teniendo un congreso a su favor para hacer una reforma fiscal en la que se termine ese centralismo que lleva a que el 80 de los recursos recaudados queden en Hacienda del Gobierno Federal y que solo el 20 por ciento llegue a los estados y tenga qué repartirse entre los municipios, lo que resulta en cantidades raquíticas que en poco o nada sirven para la infraestructura de programas de tipo social.