En el calendario, así como en el imaginario colectivo, el equinoccio de primavera inicia cada 21 de marzo, pero no siempre ocurre ese día.
Este año el equinoccio de primavera llegará a México de madrugada, anunció Daniel Flores Gutiérrez, del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM, quien detalló que ocurrirá este sábado 20 de marzo, a las 03:30 horas, derivado de la posición de la Tierra con el Sol, por lo que no será el domingo 21.
Así que la entrada del equinoccio de primavera puede variar entre el 20 y 21 de marzo de cada año.
¿Por qué varía de un año a otro la fecha?
Las variaciones de un año a otro se deben al modo en que la duración de la órbita de la Tierra alrededor del Sol (conocida como año trópico) encaja en la secuencia de años del calendario, puesto que unos son bisiestos y otros no.
¿Qué es el equinoccio?
Al equinoccio se le conoce así por tener la misma duración del día y la noche, pues el Sol se encuentra sobre el Ecuador de la Tierra. Incluso, la palabra equinoccio proviene del latín aequinoctium y significa “noche igual”
Durante este suceso, el Sol cruza el ecuador celeste de sur a norte de la Tierra, el día y la noche duran lo mismo e inicia la temporada de los días cálidos, añadió Flores.
La Tierra seguirá su trayecto alrededor del Sol en la bóveda celeste durante 2021 y alcanzará su posición al extremo norte, en lo que se conoce como el solsticio de verano (20 de junio, a las 21:32 horas); de nuevo llegará al ecuador celeste dando inicio al equinoccio de otoño (22 de septiembre, a las 13:21 horas); y finalmente en el sur de la Tierra alcanzará el extremo el 21 de diciembre a las 09:59 horas.
Además de marcar el paso del Sol por el ecuador terrestre, el equinoccio establece el comienzo de los días cálidos, sobre todo al norte de la Tierra; por eso había grandes celebraciones previendo la llegada de las nuevas temperaturas, refirió el universitario.
Flores Gutiérrez precisó que no se debe confundir la llegada de la época de calor con el hecho de que el planeta se encuentre más cerca o lejos en su órbita alrededor de esta estrella. Curiosamente, refirió, el punto más cercano al Sol es en enero, tiempo en el que aún estamos en invierno. La razón de la temperatura en la Tierra se debe a la inclinación de su eje de rotación, acotó.
El experto del IA recordó que se ha hecho costumbre visitar sitios como Teotihuacán o Chichén Itzá donde se generan juegos de luces y sombras. “Al ir, hacemos una remembranza del conocimiento antiguo que era muy importante para la sociedad agrícola”.
Héctor Daniel Hernández Flores, del Instituto de Investigaciones Antropológicas, coincidió con Flores, quien manifestó que los pueblos mesoamericanos relacionaban el equinoccio con el inicio del ciclo agrícola. En la época de la Colonia se reconceptualizaron y resignificaron los rituales.
Se hacían fiestas por el inicio de la siembra y la solicitud de las lluvias, aunque cambió tras la colonización; lo mismo sucede con el equinoccio de otoño que marca el fin del ciclo agrícola.
El especialista también se refirió a la visita a Teotihuacán para observar desde la cima de la pirámide el surgimiento del Sol; o a la de Kukulkán, en Chichén-Itzá, a fin de ver el descenso de la serpiente emplumada.
“Estas prácticas han venido surgiendo desde hace 30 o 40 años como parte de una moda new age y realmente las poblaciones que acuden a estos sitios, inclusive las comunidades cercanas a estos sitios, han adoptado este tipo de discurso que es parte de un mercado de consumo”, reflexionó Hernández Flores.
Con información de Unotv.com