*El entonces comisionado para la Seguridad de Michoacán legitimó a las autodefensas al vapor y sin ningún respaldo legal
Morelia, Mich, 23 de enero de 2023.- En mayo del 2014, Alfredo Castillo Cervantes, designado comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán por el gobierno de México encabezado en aquel momento por Enrique Peña Nieto, convirtió a las entonces “autodefensas”, surgidas de la pelea de civiles contra el crimen organizado, en elementos de la llamada “Fuerza Rural”, y con ello los hizo adscritos a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado.
Este movimiento se realizó al vapor y a todas luces sin ningún respaldo legal que les diera legitimidad a estos nuevos integrantes de la seguridad para Michoacán: con sólo un rápido censo y un registro de las armas que portaban, sin importar que éstas fueran de Uso Exclusivo del Ejército, los “fuerzas rurales” increíblemente de la noche a la mañana pasaron a formar parte de las filas de la Policía, así lo documentaron diferentes opiniones de especialistas en Derecho en esa época y hasta ahora.
¿Qué fue lo que sucedió con los miembros de la Fuerza Rural? La gran mayoría desertó y el cuerpo policiaco terminó por desaparecer, muchos de ellos se incorporaron a las células delincuenciales e irónicamente usaron las armas que les fueron registradas por la administración de Peña Nieto para ahora delinquir, según información brinda a este medio de comunicación por un contacto que fungió como alto funcionario federal de aquel entonces.
Incluso, se sabe que las armas que también fueron adquiridas por Alfredo Castillo para ser asignadas a la Fuerza Rural para sus tareas de seguridad: rifles AR-15 y pistolas Pietro Beretta calibre .9 milímetros, dejaron de ser del estado y acabaron siendo igualmente empleadas en la comisión de ilícitos por los “rurales” que se unieron a las filas de los grupos delictivos, detalló la fuente.
En la actualidad muchas voces de la sociedad se han preguntado si esta misma historia se vivirá de nuevo con el proyecto del gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, de capacitar y profesionalizar a las Rondas Comunales o “Kuarichas”.
Ramírez Bedolla ha señalado: “Se tiene la voluntad de avanzar y consolidar a las comunidades indígenas y con ello profesionalizar a sus Rondas Comunales; que las comunidades originarias sean el cuarto orden de gobierno y así, unidos todos trabajemos por el bienestar de Michoacán”.
Lo diferente de esta estrategia de Alfredo Ramírez, explicado por él mismo, está en que las Rondas Comunales siempre han existido, cada población indígena en sus usos y costumbres
De manera ancestral las han contemplado, pero hoy, con la designación del presupuesto directo, se busca reforzarlas y que ayuden en las tareas de seguridad de sus pueblos.
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública y la Secretaría de Seguridad Pública han referido que los elementos de las Rondas Comunales son gente de sus propias localidades, “totalmente conocidos por sus conciudadanos, quienes les confiaron esta tarea por medio de sus Consejos Comunales, la tarea de proteger a sus habitantes, lo cual los compromete con su gente”, así lo comentó a esta redacción Julisa Suárez Bucio, directora del Instituto Estatal de Estudios Superiores en Seguridad y Profesionalización Policial.
Y tal y como lo ha mencionado el mandatario estatal: se tiene el objetivo de que precisamente las comunidades indígenas sean el cuarto orden de gobierno y de esta manera se integren, y se les haga justicia social, pues al manejar sus propios recursos y rendir cuentas a sus ciudadanos se incorporan de manera fehaciente al desarrollo de sus regiones y de Michoacán, según lo ha manifestado en varios encuentros con los pueblos indígenas, Carlos Torres Piña, secretario de Gobierno.
Lo que como ciudadanos se puede ver, entre lo hecho por Castillo y lo ahora emprendido por el gobierno bedollista, es que en esta ocasión se aprecia que hay un verdadero seguimiento del camino legal y se percibe una real intención de apoyar el desarrollo, en este caso de los pueblos indígenas, como también lo existe en general al colaborar con los municipios con el llamado Fortapaz, y así fortalecer sus tareas de seguridad.
La sociedad deberá esperar resultados, pero se observa que en las participaciones y en los acercamientos de los pueblos indígenas con el gobierno michoacano, ha existido apertura y una voz activa de los representantes de los Consejos Comunales en lo que se habla en los encuentros, lo que sin duda le da certeza a esta estrategia de profesionalizar a las “Kuarichas” y brinda un importante voto de confianza en el tema.