José Luis Cruz Lucatero
(Presidente de Apatzingán)
José Luis Cruz Lucatero,
en presidente investido,
se convirtió en mensajero,
de anti-Covid pregonero,
finalmente ha partido.
Su proyecto ha sucumbido,
descansa en el cementerio;
flota en espacio perdido,
ya no será reelegido,
¿quién llegará? ¡es un misterio!
El alcalde está en la fosa
se lo llevó la Catrina;
mas que cosa desastrosa,
pues junto con él reposa
nuestra fiesta octubrina.
Yuri Ramírez Albarrán
(Síndico de Apatzingán)
Corríase sin igual parranda, la síndico de Apatzingán,
embriagada con charanda,
bailaba al son de la banda,
ahora ahí va su funeral.
Yuridia no se acompleja:
«p…che muerte traicionera,
me las pagarás p…deja,
te vas a quedar perpleja,
pues conmigo no se juega».
Es muy pareja la muerte,
no respeta al poderoso:
la síndico se creyó fuerte,
pero sólo selló su suerte,
ahora descansa en el pozo.
Francisco Huacús Esquivel
(Diputado federal por Apatzingán)
Murieron los diputados,
San Lázaro está de luto;
esos fueron resultados
de estar siempre confrontados
y discutir a lo bruto.
En fila van los quinientos,
nadie siquiera les llora.
El pueblo en sus sentimientos
no registra sufrimientos,
que no vuelvan, les implora.
El último en la caravana,
quien hace el papel de cabús,
lamenta porque la lana
a donde va es cosa vana
(se llama Paco Huacús).
Antonio Cruz Lucatero (Ex alcalde y ex diputado)
La Catrina fue tajante contra Antonio y su bravura, le dio un paro fulminante y lo lleva por delante al panteón con su estructura.
Fue un político cabal, odiaba la adulación, gallo fino de corral, atacaba hasta al carnal ¿Sólo era simulación?
Para abrazar a la muerte, Antonio se dio valor», yo soy un hombre de suerte, ven, dame un abrazo fuerte, pues Juntos Somos Mejor».
La banda alegre tocaba los «Jinetes en el Cielo», mientras Toño la bailaba, y creo que hasta la cantaba, sí que se ataba el pelo.
Custodio Virrueta García (Diputado local)
Al Congreso del Estado llegó Custodio Virrueta, ahora que era diputado, la muerte lo ha sepultado, sufrió una cruel jugarreta.
Custodio protestó, iracundo a la muerte, con regaños: «no me lleves a ese rumbo quiero seguir en el mundo, hoy es día de mi cumpleaños».
Comunicación Social Gobierno de el Apatzingán
Al morir Nancy Noriega,
sólo tenía una queja:
«trabajar es una friega,
no me interesa, la neta».
Le contestó Alex Bedolla:
«no te quejes amiguita,
para mí esto es mole de olla,
pura tarea facilita».
«Ya ni la joden las dos”
-tambien opinaba Andrea-,
”les gusta hacerla de tos:
yo bailo con la más fea».
Las tres jóvenes señoras,
buenas en comunicación,
chismean a todas horas,
pero ahora en el panteón.
Genaro Guízar Valencia
(Ex diputado y ex alcalde)
Frente a la muerte, Genaro,
festejaba su partida,
tomando vino del caro
refutaba con descaro:
«no vale nada la vida».
«De niño fui panadero,
de grande fui contador;
me dedique a limonero,
fui próspero ganadero,
fui un hombre trabajador»
«Vuelvo a la tierra sagrada,
me acoge cual humilde cuna,
de aquí no me llevo nada,
sólo estuve de pasada,
pues yo nací Sin Fortuna».
Periodistas de
Apatzingán
La muerte alegre y coqueta
llegó bailando una rumba,
se comió una morisqueta,
se cargó a los ‘tunde-tecla’,
los refundió en una tumba.
Pero justo en el bailongo,
amenizado con pistas,
Amada se soltó el chongo
y poniéndose un jorongo
del piso sacaba chispas.
Murió Juana Candelaria,
hizo a la muerte un desaire
¿de qué murió? ¿de malaria?
¡fue la «crisis sanitaria»!
sentía que le faltaba el aire.
Manuel Bernal fue el azote,
de toditos sus colegas;
se le taponó el cogote,
pues se le atoró un chayote
la muerte lo lleva al trote
jalando por las talegas.
Don Ricardo Maldonado,
hombre bueno y optimista
la flaca lo tenía en su lista,
ahora está sepultado.
El gremio registra duelo,
la muerte cargo con Lydia,
su familia, sin consuelo,
mas ella estaba en el suelo
sonriendo que daba envidia.
Murió de una decepción,
Jesús Bedolla está innerte,
la Cuarta Transformación
festeja su defunción;
y felicita a la muerte.
Y allí van los reporteros,
llevan al frente una banda,
famosos por «teiboleros»,
algunos por «jaiboleros»,
todos zapatean «La Bamba».
Silvano Aureoles Conejo
(Gobernador de.Michoacán)
Pocos lloran su deceso,
la mayoría lo celebra;
Michoacán, en retroceso,
pues nunca llegó el progreso,
su gobierno fue «culebra».
«Michoacán independiente,
pa’ quedarnos con la lana»,
fue su reto al presidente,
quien lo fulminó en caliente:
Lo mató el de Macuspana.
Cristóbal Arias Solís
(Senador por Michoacán)
Se imaginó gobernador
hasta por tres ocasiones,
de su mujer agresor,
fue tres veces perdedor,
lo mataron sus acciones.
Andrés López dijo ayer,
sin hacer tanto mitote:
«quien golpea a una mujer
llevará las de perder;
será candidato (al bote)».
Se le acabó el optimismo
ya descansa Arias Solís,
pero exige con cinismo
«que se muera el faminismo»
nunca pudo ser feliz».