*La tradicional bendición de Palmas hizo que no se cumpliera con el aforo establecido para los templos
Apatzingán, Mich, 28 de marzo de 2021.- La proclamación de la Pasión de Jesucristo en este domingo, nos introduce en el clima de la Semana Santa, nos da una infinidad de elementos a reflexionar durante toda la semana desde el juicio injusto que vivió el Maestro Jesús, la traición de uno de los suyos, la negación de Pedro, el abandono de los demás y el sufrimiento humano; dijo el Obispo de la Diócesis de Apatzingán, Monseñor Cristóbal Ascencio García.
En la misa de medio día celebrada éste Domingo de Ramos en la Catedral de la Asunción, el líder católico destacó en su homilía que “ése grito desgarrador del Maestro Jesús, no ha quedado en el Gólgota, ni tampoco atestiguando una historia de muerte, es un grito que sigue resonando entre valles y colinas, un grito que cruza lo largo y lo ancho de los municipios y Estados de nuestro país; es un grito muy actual que sigue vivo’.
Cristóbal Ascencio subrayó que «lo más triste es que, es un grito tan repetido, que pareciera que ya nos acostumbramos a escucharlo, ya no estremece, y no aterra; nos hemos acostumbrado al horror del sufrimiento, del dolor y de la muerte; y no debe ser así.
Y dijo, “Al reflexionar en el grito del Maestro Jesús desde la cruz, recuerdo tantos gritos en nuestros pueblos que viven bajo el asedio del crimen organizado; tantos gritos de nuestros enfermos que no son atendidos; tanto gritos provocados por la injusticias; tantos gritos que se quedan en el aire sin ser escuchados”.
Agregó Ascencio García que los gritos son dirigidos a Dios, sí, pero también a los gobernantes y a cada uno de nosotros: “¿Por qué nos tienen abandonados?”. Hay muchos oídos sordos.
“También vivimos la impotencia que seguramente debió sentir Jesús, vivimos esa soledad que lastima y duele; vivimos la impotencia de vivir clavados en el sufrimiento y no ser escuchados”, sostuvo el Obispo de Apatzingán.
En ese sentido, Cristóbal Ascencio García, invitó al pueblo de Dios a que vivamos ésta Semana Santa en Reflexión y Recogimiento; y aunque ciertamente el sufrimiento es parte de la condición humana, y a todos nos toca en algún momento tenerlo, al ser humano le corresponde no provocarlo, no causarlo, sino curarlo.
Finalizo Monseñor al exhortar a la feligresía a que hagamos lo que nos toca para mitigar el sufrimiento de los demás, no nos acostumbremos a esos gritos de dolor de sufrimiento; a esas injusticias que se viven a diario; no caigamos en la resignación porque paraliza cualquier acción que vaya en pro del bienestar de la humanidad.
Cabe destacar que pese al llamado de las autoridades sanitarias a respetar los aforos en templos, este Domingo de Ramos la Catedral de la Asunción y demás parroquias de la Diócesis de Apatzingán estuvieron llenas de católicos que tradicionalmente acuden a la bendición de Palmas.
Con información de Michoacán en Línea