Apatzingán, Mich, 27 de septiembre de 2020. – Si algo quedó claro hoy para quienes vivimos en esta ciudad es que las y los jóvenes de Apatzingán están dispuestos a todo, menos a seguir callando.
Y es que, al tenor de la indignación que ha causado el homicidio de la joven Jessica González Villaseñor, cientos de ellos y ellas salieron este domingo a la avenida principal y al centro de Apatzingán para exigir justicia para Jessica y para todas aquellas a las que la muerte ha callado, pero también para denunciar temas como el acoso y el abuso sexual, lo mismo que la violación cometida por familiares, profesores o jefes, y que antes no se hablaban en casa ni con nadie por miedo, culpa y vergüenza.
Así, a voz en cuello y con pancartas en las que reclamaron a autoridades y sociedad un cese al asesinato de mujeres y otorgarles garantías de seguridad, respeto y tolerancia, la juventud apatzinguenses se hizo presente con una marcha pacífica que fue un éxito porque, a la par con el dolor que las y los unió por la muerte de Jessica y de tantos cientos más de mujeres y hombres a lis que se ataca por cuestión de género o de su orientación sexual, por primera vez los y las jóvenes tomaron en sus manos la defensa de su vida y sus derechos, y si bien agradecieron la ayuda ofrecida por la Mesa de Seguridad, declinaron la intervención de ese y otros organismos al considerarse capaces de definir su destino.
Y aunque el caso de Jessica es de sobra conocido en Michoacán y en el país por la difusión que se le dio a su desaparición y posterior localización sin vida, eso no fue motivo suficiente para que el Diputado Federal Carlos Torres Piña suspendiera unos minutos la rueda de prensa en la que habló de sus pretensiones electorales para el proceso que viene, y saliera cuando menos a ver pasar de lejos la manifestación pacífica de las y los jóvenes de Apatzingán en lo que, sin duda, habría sido una señal de respeto y empatía por aquéllas que, como Jessica o como Nilda Patricia, han sido calladas para siempre asesinándolas.