*Recordó que durante la pandemia por Covid-19 en nuestro país incrementó en un 15 por ciento el consumo de drogas entre los adolescentes
Morelia, Mich, 07 de agosto de 2022.- En México el combate a las adicciones es una responsabilidad compartida, en la que deben confluir los esfuerzos de autoridades de todo nivel, representantes populares, sociedad civil organizada y especializas, recalcó la diputada Fanny Arreola Pichardo, coordinadora de la Representación Parlamentaria de la LXXV Legislatura del Congreso del Estado.
La diputada por el distrito de Apatzingán, recordó que durante la pandemia por Covid-19 en nuestro país incrementó en un 15 por ciento el consumo de drogas entre los adolescentes, según datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
“Aunque el problema sigue en aumento, los especialistas en salud han señalado que en México el de las adicciones no se aborda como una enfermedad integral que requiere la intervención multiprofesional, tampoco se aborda como una enfermedad del cerebro”.
Fanny Arreola subrayó que la gravedad radica a que a este problema se le sigue tratando como si fuera un asunto de voluntad, una decisión de la persona, pese a que existen múltiples estudios que consignan que en éste intervienen factores neurobiológicos, psicológicos, de salud mental y social.
“La situación es tan compleja que con la pandemia la tendencia al alza que se registraba de un incremento del 30 por ciento en el consumo en diez años, sobre todo en niños, adolescentes y mujeres, se ha incrementado”.
Para la legisladora es clara la urgencia de una atención focalizada al consumo de drogas en menores de edad, sobre todo tomando en cuenta que consumir drogas durante la juventud puede interferir con los procesos de desarrollo del cerebro, ya que éste termina de desarrollarse hasta los 25 años aproximadamente.
Recordó que la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), ha señalado que la única forma de contener el aumento en el consumo es con políticas agresivas de prevención y tratamiento basadas en la evidencia, por lo que esa es la ruta que debe seguirse en México.